En el post de hoy os traemos otra curiosidad sobre la película Interstellar. ¡Comencemos!
Al final de "Interestelar", vemos la impresionante Cooper Station, una estación espacial futurista que, aunque es ficción, se basa en conceptos científicos reales, como el cilindro O'Neill.
¿Qué es el cilindro O'Neill?
El físico Gerard K. O'Neill propuso este diseño en los años 70 como un hábitat espacial en forma de cilindro rotatorio. La idea detrás de este diseño es crear gravedad artificial mediante la rotación del cilindro. Al girar, la fuerza centrífuga empuja a los habitantes hacia las paredes interiores, simulando la gravedad de la Tierra.
¿Cómo funciona la gravedad artificial?
En la película, la Cooper Station gira sobre su eje para generar gravedad artificial, permitiendo que los humanos vivan cómodamente. La rotación crea una fuerza centrífuga que "empuja" a los objetos y personas hacia las paredes interiores, convirtiéndolas en superficies habitables, con ciudades, campos y cuerpos de agua. Este movimiento continuo mantiene la gravedad, haciendo posible una vida similar a la de la Tierra.
Velocidad de rotación
Para imitar la gravedad terrestre (9.8 m/s²), la velocidad de rotación debe ser la correcta. Por ejemplo, un cilindro con un radio de 1 kilómetro tendría que girar una vez por minuto para lograr este efecto. Los cilindros O'Neill pueden variar en tamaño, pero generalmente se imaginan con diámetros de varios kilómetros y longitudes de decenas de kilómetros, albergando a millones de personas.
La representación de Cooper Station en "Interestelar" nos ofrece una visión futurista en la que la humanidad encuentra un nuevo hogar en el espacio, y nos muestra cómo principios científicos actuales podrían hacer realidad estas ideas algún día. Para quienes disfrutan de la ciencia ficción y sueñan con la exploración espacial, este concepto es una fascinante ventana hacia nuestro posible futuro entre las estrellas.
¿Qué os ha parecido? ¿Lo conocíais? ¡Os leemos en los comentarios!