Sus familiares están hartos de verla descender en su particular espiral de autodestrucción, por ello, su tío le ofrece un trato que no podrá rechazar y que la obligará a vivir seis meses en un recóndito lugar sin cobertura en el móvil ni acceso a internet. Allí residen un puñado de vecinos que no serán lo que ella espera y donde conocerá a Matías, el chico misterioso al que todos idolatran y que despertará mucho más que su curiosidad.
En esa aldea, situada lo más lejos posible del último círculo de su zona de confort, tendrá que enfrentarse al monstruo que tanto tiempo ha tenido instalado en lo más profundo de su corazón hecho pedazos, así como poner a prueba la resistencia de los muros que durante años ha ido levantando a su alrededor.
Mi opinión: Hoy me gustaría hablaros de un libro que me ha tenido en vilo durante varios días, porque no os puedo negar que esta historia ha estado en mi cabeza durante todo el día.
La verdad es que es una historia que me ha hecho sufrir durante parte de su trama, por que aunque lo parezca por la sinopsis, no solo es una historia de amor, sino superación de traumas y conocimiento personal.
En esta historia, hay dos puntos de vista que alternan el presente con el pasado y aunque al principio la parte del pasado y aunque la historia del pasado me ha confundido un poco al principio, hace que entendamos los traumas de uno de los protagonistas.
Me ha gustado mucho como está escrita la historia, creo que trata los traumas y esa superación con mucho tacto y la verdad es que creo que la evolución y la sanación de los protagonistas sucede de manera natural y con naturalidad y no a toda prisa como pasa en muchas novelas.
No os voy a decir que es una historia en la que todo son flores y corazones, pero tiene partes en los que llorarás, reiras y sobre todo, te enamoraras de los personajes.
