Espinela Carmesí: El Rubí Desconocido


En el post de hoy os venimos a hablar de una gema un poco desconocida pero muy bonita. ¡Comencemos!
 
La espinela carmesí es una gema que, aunque menos conocida que el rubí o el zafiro, ha cautivado a amantes de las piedras preciosas por siglos. Su deslumbrante color rojo y su historia rica en malentendidos la hacen una de las gemas más fascinantes del mundo de la joyería. Hoy exploraremos qué la hace tan especial, su historia, propiedades y el por qué está ganando popularidad entre los coleccionistas y diseñadores.
 
La espinela carmesí, a menudo confundida con el rubí, ha sido usada en joyería durante siglos. De hecho, algunas de las joyas más famosas de la historia, que alguna vez se creyeron rubíes, resultaron ser espinelas. Un ejemplo famoso es el "Rubí del Príncipe Negro", que adorna la corona imperial británica. Esta gema, originalmente considerada un rubí, en realidad es una espinela carmesí.
 
Originaria de depósitos en Myanmar [Birmania], Sri Lanka y Tanzania, la espinela ha compartido espacio con los rubíes en las minas. Ambas gemas se forman en condiciones similares, lo que explica su apariencia tan parecida, especialmente en los tonos más intensos de rojo.
 
Una de las razones por las que la espinela carmesí es tan codiciada es su dureza y durabilidad. Con una calificación de 8 en la escala de Mohs, es una gema lo suficientemente resistente para su uso diario, lo que la hace ideal para anillos y otras piezas de joyería que reciben mucho desgaste. Además, su transparencia y su brillo la colocan al nivel de otras gemas preciadas.
 
El color carmesí vibrante que posee proviene del cromo, el mismo elemento que le da a los rubíes su característico tono rojo. Sin embargo, la espinela tiene una ventaja: a menudo no presenta las inclusiones que son comunes en los rubíes, lo que permite que su belleza sea más pura y sin interrupciones.
 
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