En el post de hoy os venimos a hablar de un automotor de los ferrocarriles españoles, conocido como el piojo verde. ¡Comencemos!
Hace ahora un siglo, la Compañía del Ferrocarril de Zafra a Huelva buscó una alternativa rentable a los costosos trenes mixtos que cubrían su línea, y la encontró en un innovador tren automotor. En 1927, la compañía “Construcciones Mecánicas del Llobregat” recibió el encargo de su construcción, solicitando a su vez un motor a vapor fabricado por la reconocida compañía inglesa “Sentinel Wagon Works”. De este proyecto solo se fabricó una unidad, que se convertiría en una pieza clave de la historia ferroviaria de la región.
En junio de 1929, el automotor comenzó a operar en la línea con la matrícula XF1001. Con la nacionalización de los ferrocarriles en 1941, fue renombrado con la matrícula 9091. Durante esa época, adquirió el apodo de “piojo verde”, una referencia tanto a su forma como a su color distintivo, aunque algunos sostienen que el nombre se debía al daño que causaba en los cultivos cercanos a la vía debido a las chispas que brotaban de su chimenea. Este automotor prestó servicio en la ruta entre Huelva y Fregenal de la Sierra, y más tarde entre Sevilla y Carmona, convirtiéndose en un medio de transporte esencial para los viajeros de la región.
El “piojo verde” fue retirado del servicio entre 1966 y 1968 y fue almacenado en el depósito de San Jerónimo, en Sevilla. En 1990, fue trasladado al Museo Nacional Ferroviario de Madrid, que lo transfirió a la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril (AZAFT). Lamentablemente, durante una de estas dos décadas, el automotor sufrió un incendio, quedando reducido a un cascarón carbonizado con todo su interior destruido.
En 2006, la AZAFT cedió el “piojo verde” a la Asociación Venteña de Amigos del Ferrocarril (AVENFER), que llevó a cabo una restauración muy vistosa del exterior, aunque el automotor aún carece de techo. A día de hoy, el interior permanece completamente vacío, mientras que la caldera ha sido preservada como un testimonio de su historia.
Para sorpresa de muchos, que creían que este emblemático automotor había desaparecido del mapa, el “piojo verde” puede ser contemplado en el Museo del Ferrocarril de Venta de Baños. Además de ser un ejemplar único, cabe destacar que no hubo otro automotor de vapor que circulara por nuestras vías, lo que lo convierte en una pieza invaluable del patrimonio ferroviario español. Su historia refleja no solo la evolución del transporte ferroviario en España, sino también la innovación y el ingenio de la época.
¿Lo conocíais? ¿Qué os ha parecido? ¡Os leemos en los comentarios!