William Henry Perkin y el Descubrimiento Accidental del Primer Tinte Sintético


En el post de hoy os contamos la historia tras el descubrimiento del primer tinte sintético. ¡Comencemos!
 
En 1856, el joven químico de dieciocho años, William Henry Perkin, estaba trabajando en su laboratorio, intentando descubrir una forma de sintetizar la quinina. Después de que uno de sus experimentos no produjera más que un inútil lodo rojizo, decidió limpiar su vaso de precipitados con alcohol, y entonces ocurrió algo sorprendente. Al combinarse el alcohol con el lodo, se transformó en un líquido púrpura vibrante y hermoso. Perkin había descubierto accidentalmente el primer tinte sintético del mundo, al que llamó mauveína.
 
En esa época, la mayoría de los tintes coloridos eran extremadamente costosos de producir, y solo los ricos podían permitirse el lujo de utilizarlos. El azul oscuro, por ejemplo, se obtenía del índigo, una planta subtropical que era uno de los principales cultivos comerciales en la economía esclavista del sur de Estados Unidos. De hecho, el índigo era más valioso que el oro por peso. El púrpura, un color raro y valioso que siempre se había asociado con la realeza, se producía laboriosamente a partir de las excreciones de ciertos tipos de moluscos.
 
En comparación, el tinte que Perkin descubrió podía producirse a partir del alquitrán de carbón, un material abundante y económico en la Gran Bretaña industrial. Además, mientras que los tintes naturales tendían a desvanecerse rápidamente, las creaciones sintéticas de Perkin mantenían su color por más tiempo.
 
Después de su descubrimiento fortuito, Perkin y dos colegas continuaron investigando sobre tintes en secreto, hasta que Perkin estuvo listo para registrar una patente y lanzar un negocio de fabricación de tintes. El momento no pudo haber sido más oportuno: la moda de las faldas abombadas estaba en auge, lo que requería más tela para los vestidos, y los colores a la moda estaban en alta demanda. En pocos años, incluso la Reina Victoria vestía con telas teñidas de mauveína. Colores que antes eran escandalosamente caros ahora se volvían accesibles para casi todos, y Perkin se convirtió en un hombre rico. Tenía solo 18 años cuando registró su patente.
 
Durante su carrera, Perkin inventó tintes sintéticos de muchos otros colores. Cuando falleció en 1907, a los 69 años, era un científico consumado y muy respetado. En su honor, se creó la Medalla Perkin, el mayor reconocimiento en la industria química de EE. UU., que se otorga anualmente al químico que realiza la mayor contribución a la aplicación práctica de la química.
 
El retrato de William Henry Perkin, obra de Sir Arthur Stockdale Cope (1906), cuelga en la Galería Nacional de Retratos en Londres.
 
¿Conociaís a este personaje y esta historia? ¡Os leemos en los comentarios!

© Labibliotecadez, AllRightsReserved.

Designed by ScreenWritersArena