En el competitivo panorama de la música independiente en Colombia, Dimas y Los Pexes se han posicionado como una propuesta auténtica, marcada por su compromiso artístico y filosófico. Con su álbum debut Delirio y Resiliencia, la banda no solo refleja una amalgama de influencias que van desde Arctic Monkeys hasta Soda Stereo, sino que también pone en evidencia la importancia de la autogestión, la honestidad creativa y la conexión emocional con su público. En esta entrevista, exploramos su origen, su sonido único, su visión del arte y las ambiciones que los impulsan a seguir nadando contracorriente.
1. ¿Cómo fue el proceso de formación de Dimas y Los Pexes? ¿Qué los
motivó a seguir adelante en el ámbito musical independiente en Colombia?
R: Willie, @dimaselpez, desde que empezó su pregrado en Música en 2013, quiso
tener una banda tipo “proyecto de vida”. Por la carga académica, no fue sino hasta
2017 cuando intentó armar su proyecto por primera vez, pero no funcionó. No
obstante, él siguió transcribiendo sus composiciones. En 2021, después de lo peor
de la pandemia y ya graduado, reunió un equipo de músicos profesionales que
habían sido compañeros suyos en la universidad y tomando el modelo mitad
banda de amigos, mitad solista-banda de sesión, emprendió el proyecto que hasta
hoy perdura, a pesar de haber tenido un par de cambios en su formación.
El motivo primero para abrirse paso en la escena nacional, no es muy distinto del
actual. En el ahora, con panoramas tan desalentadores como el que demuestran
Nicolás y Los Fumadores, en el testimonio dado para la revista Diners o el más
reciente de octubre de 2024, que han expuesto los Diamante Eléctrico, le hacen a
uno concluir que quiere seguir adelante, aunque el proyecto no rente como
rentaron las bandas de rock clásicas, las que brillaron desde más o menos 1960
hasta 2002. En síntesis: uno lo hace, típico, por amor, por sentido, porque uno no
es bueno para más nada sino para hacer arte, porque todos soñamos con ser
astronautas y nuestro equipo se ha arriesgado y ya quemó las naves para ir por lo
que soñó. Cómo no querer que hubiera dinero, como antes, seguir en esto es un
impulso raro, inefable.
2. Muchos fans dicen que no suenan parecido a nadie y destacan su
autenticidad. ¿Cómo han logrado construir un sonido que no se parece a
otros? ¿Qué influencias consideran esenciales para su propuesta?
R: Quizá por la formación académica uno tiene más herramientas que la persona
que desconoce el ámbito. El hecho de conocer abstracciones rítmicas en solfeo,
desarrollar el oído con entrenamientos auditivos, formarse en la armonía,
composición y arreglos, además de interpretar y analizar repertorios mayormente
populares, le dan a uno una paleta de colores más variada. También saber a qué
publico va dirigido, porque nuestra música no es hecha para músicos
expertísimos, sino que, desde un enfoque minimalista, menos es más, pueda calar
objetivamente en el amante del rock e indie-rock.
Sin embargo, aún habiendo estudiado la carrera, no dejan de ser pertinentes las
influencias. De hecho nos lo enseñaron nuestros maestros: hay que estar
escuchando buena y nueva música todo el tiempo. Si uno quiere ser experto en
indie, debe escuchar mucho indie. Desde esa perspectiva hay bandas “indie-
spensables”, a saber: Arctic Monkeys, The Strokes, Foals. Luego matices: The
Whitest Boy Alive, Motorama (post-punk), Alt-J, algo de funk con Parcels. No
olvidar clásicos como: Soda Stereo, Nirvana. Y mirar adentro con la escena
iberoamericana y nacional: El mató a un policía motorizado, Alkaloides, El
columpio asesino, Mi amigo Invencible; referentes colombianos: Nicolás y Los
Fumadores, Cruel Cruel, Cold Tropics.
3. Han destacado su interés en la autogestión del proceso musical. ¿Qué
ventajas y retos encuentran al hacer todo el proceso de producción, desde la
pre-producción hasta la masterización?
R: De golpe, la mayor ventaja, es hacer lo que en verdad queremos. Si bien las
dinámicas de producción han cambiado, el reto que sea el tiempo de la música
independiente no es tanto hacer música, ahora todos la pueden hacer, sino que
quede bien hecha.
Debemos ser humildes y reconocer que nuestra música no suena como si hubiera
sido producida en Los Ángeles o Abbey Road, pero ahí está el reto o el nosequé
que nos ha propulsado a estudiar música y de ñapa producción de audio. Lo
hemos hecho porque amamos las canciones, porque disfrutamos del proceso
aunque casi nunca terminemos contentos con el resultado.
También debemos ser honestos: hay momentos en que debemos soltar las
canciones y dejárselas a otros oídos: para eso hemos confiado la mezcla en
Santiago García de Nicolás y Los Fumadores y la masterización en Sebastián
Abril, también del mismo combo. En Los Pexes sabemos mezclar y masterizar,
pero sabemos que no es sano hacerlo, cuando de producción se habla. A futuro
queremos seguir soltando nuestras ideas, es pertinente.
4. ¿Por qué eligieron “Delirio y Resiliencia” como título del álbum debut?
¿Cómo se representa esta dualidad en sus canciones?
R: Se pensó en titular el asunto como “Juventud, divino rehab” o “De apocalipsis,
revoluciones y psiquiátricos”. En últimas nos decidimos por lo binario: Delirio y
Resiliencia, un par de palabras contundentes.
Es la representación personal de lo peyorativo y lo optimista, de las dos fuerzas
sempiternas: bien y mal, luz y oscuridad, frío y calor, materia y antimateria, blanco
y negro, podría seguir. Es la naturaleza humana, aunque uno decide a qué lado
darle prelación o quizá apostarle al color gris o a los amaneceres y atardeceres o
al agua tibia.
En las canciones hay esta apuesta, por lo que también puede ser llamado
“apolíneo y dionisíaco”, brillando en dos temas: Como un ángel, seguida de Todos
estamos locos.
5. 'Como un ángel' es un tema profundo sobre la soledad, el renacer y la
resiliencia. ¿Podrían hablarnos más sobre la inspiración y el mensaje detrás
de esta canción?
R: Hay gentes que piensan que la soledad es maligna. Bien dirigida puede ser
buena, provechosa. Un artista está solo gran parte del tiempo. El músico, cuando
estudia su instrumento, está solo. El escritor escribe solo. Y lo hacen (los artistas)
para lograr foco y que su obra trascienda y beneficie la comunidad. Quizá eso es
Como un ángel, el buen hábito de alguien que ha vuelto a nacer para dejar el
corazón en su obra. La resiliencia es sobreponerse a lo que perjudique el foco, a
un mal camino pasado, lo que impide ser consciente que el público no es tonto,
sino que quiere algo honesto y que a través de la obra haya un reflejo de algo que
se ha sembrado con lo mejor como premisa. La resiliencia es saber que un camino
que fue torcido, puede ser recto y que eso se ve reflejado en la obra o fruto.
Si bien, objetivamente, la canción nace de un momento durísimo vivido en
pandemia, como lo vivió literalmente todo el mundo, la inspiración es saber que a
través del cambio o gestión individual se puede aportar a la sociedad. El mensaje
en últimas es de esperanza, es saber que hay momentos duros un barco está
seguro en el puerto, pero no para eso está hecho el barco, dice un autor cuyo
nombre no quiero recordar pero que asimismo se debe luchar y se puede salir
avante, que hay elogio en la dificultad, como lo propuso Zuleta, sino la vida sería
plana, aburridísima. Como un ángel es una canción potente si se usa bien, da
fuerza, esperanza, resurgimiento necesario.
6. Sus letras exploran tanto temas festivos como la introspección y la
espiritualidad. ¿Qué tan importante es para ustedes reflejar esta diversidad
emocional en su música?
R: Es muy importante. Se han inculcado teorías que rezan: “una banda debe tener
un sonido claro”. Es así como una banda encuentra su sonido, “le pega al perro” y
todo lo que crea de ahí en adelante, durante su trayectoria suena siempre igual y
si cambia su forma, se ve sujeto a críticas. Para evitar eso que le pasó a Metallica
y muchos tantos, ¿por qué no proponer de entrada lo reverso? Que nuestras
canciones suenen distintitas todas, negar la identidad desde lo musical, tomando
distintos géneros (rock, funk, alternativas), para así transferirlo a lo llamado
“emocional” y que no se repita uno sintiendo lo mismo con una banda, sino que
haya un asunto versátil, un “intensa-mente” o paleta-veraz de emociones.
Queremos la diversidad porque amamos lo alternativo y que esa exploración
llegue lejos, hondo.
7. Sus influencias incluyen desde Foals y Soda Stereo hasta Pastor López.
¿Cómo integran estas distintas influencias en su música sin perder su
esencia rock?
R: Lo de Pastor López es tomadera de pelo de Juan Manuel. Siendo concreto, no
hay nada de Pastor López en Los Pexes. Quizá el énfasis en el contratiempo que
quiere que el público se mueva y ojalá baile, pero no mucho más, aunque a la
gente de este trópico y de esta generación le sea inherente (ese tipo de música, la
de López, digo).
Lo que sí es claro, es que queremos una música no tan intelectual (tampoco
brutísima), pero sí que haga mover, entrar en calor, que lo remita a uno a lo
primitivo, a lo previo a la agricultura, al rito, al baile, al trance. Sino las fiestas,
pertinentes durante toda la historia universal, se celebrarían con ingeniería,
administración de empresas y abogacía.
Las influencias se integran orgánicamente, lo que es no deja de ser, dice la peor
de las sabidurías, pero sabiduría al fin y al cabo. Hemos sido mucho tiempo
rockeros y no se necesita exégesis para saber que la buena música (que es lo que
nos interesa) prevalece de forma independiente al género, así sea música de
Pastor López.
8. Mencionan que desean ser referentes filosóficos y estéticos para las
nuevas generaciones. ¿Qué creen que necesita la música independiente
actual para dejar una huella y alejarse de tendencias comerciales?
R: Tengo una teoría: el reggaetón fue diseñado para crear una cacofonía, un
sempiterno patrón rítmico y un sísequé monotónico, alentado por el Melodyne, que
niegue todo lo que el rock propuso, controvirtió y revolucionó. El rock, pasando por
el metal, el punk y sus alternativas, halló el cenit con posturas que hacían,
inclusive, ironía contra el sistema y la industria musical, como las de Kurt Cobain.
Así, con el reggaetón, el gobierno o los gobiernos (de toda índole) se quitaron un
peso de encima llamado poesía, filosofía y, en líneas generales, pensamiento. No
lo digo yo, lo anticipó Orwell, Huxley y Bradbury, entre otros.
Con esto no quiero decir que lo que se necesita musicalmente es alejarse del
reggaetón (aunque casi y Oj-Alá), pero sí invitamos a que el músico
independiente, aprenda, ojalá leyendo y no con tanta narrativa digital, de historia
(porque el conoce su historia no la repite) y de filosofía, para el contenido; de
poesía y literatura en general, para la forma; del buen cine, como lo han sugerido
grandes escritores y maestros como Cerati, de todo arte: danza, arte plástico; de
toda ciencia, de toda teoría social y política, de toda actividad física, de toda
vertiente espiritual benigna, de todo buen conocimiento. Sino, se corre el riesgo de
caer en la tendencia o en lo mainstream y creer como válida una única palabra:
culo.
9. Después de lanzar Delirio y Resiliencia, ¿cómo ven el futuro de Dimas y
Los Pexes? ¿Qué metas esperan alcanzar a corto y largo plazo?
R: Queremos tocar mucho, dar a conocer nuestra música. También, ya estamos
pensando en una nueva producción. Queremos tocar en Rock al parque, en el
Estéreo Picnic y en grandes festivales y escenarios. Ojalá girar por Colombia y
salir del país, a México, a Argentina, a España y a cualquier lugar donde nos
sintamos queridos. Queremos que nuestra música sea agregada a las librerías en
las plataformas, recibir sustento por merch, eventos y reproducciones, también.
Trascender, eso queremos.
10.¿Qué buscan transmitir en sus presentaciones en vivo? ¿Hay alguna
reacción del público que los haya impactado especialmente?
R: Es simple: que haya lo que el arte y quizá sólo el arte implica: emoción, una
catarsis emocional. Queremos transmitir un aura positiva, sí, que a veces transita
lo oscuro, pero que desenlaza en algo feliz, armonioso, positivo, de esperanza.
Queremos que nuestro público se vaya contento, tranquilo, sabiendo que vivieron
una buena experiencia.
Recordamos que han habido distintas reacciones, unas mejores que otras, pero
nos queda en la retina haber escuchado testimonios diciendo que nuestras
canciones han cambiado la forma de afrontar la vida desde una perspectiva
positiva. También hemos visto públicos eufóricos. Recuerdo especialmente el
testimonio de mi primer maestro de música, que al escuchar una de nuestras
canciones, decidió, motivado por el tema, terminar su pregrado en música que
había abandonado.
11. ¿Qué opinan sobre la escena independiente en Colombia? ¿Creen que ha
cambiado en los últimos años?
R: Sí ha cambiado. ¿Qué qué pienso? No amerita sobre-pensarlo, simplemente
sentir que me gusta, que hemos pasado de tener las mismas bandas de siempre a
una multiplicidad de propuestas, todas muy talentosas, en la actualidad.
Donde uno mire hay buena música, siempre hay una propuesta que se ajuste al
sonido que uno busca, sólo hay que salir a los eventos y aprovechar esa gran
herramienta que son las plataformas para descubrir nuevos y buenos sonidos.
Antes no había este gran catálogo. Me encanta de la escena que cada quien se
esmera en presentar lo suyo, que han remitido los sesgos y la violencia de las
tribus urbanas y ahora hay un público más conocedor, que le importa lo
importante: la música y nada más.
12. ¿Qué sigue después de Delirio y Resiliencia? ¿Tienen ya en mente
nuevas canciones o algún proyecto en particular que puedan compartir?
R: Como ya lo dije, sí, ya hay nuevas y varias canciones por producir. Las
maquetas están listas, ya las hemos ensamblado. Queremos descansar, tomar
impulso y retomar el camino, que es el sentido de todo esto (más que el destino).