Lxs Parker: Un viaje musical de lo cotidiano a lo surreal


¡Nuevo post! En esta entrevista, nos adentramos en el mundo de Lxs Parker, una banda bogotana que, con su mezcla única de influencias que van desde Muse hasta Dua Lipa, ha creado un sonido distintivo que desafía los límites del rock. Hablamos con los miembros de la banda sobre su historia, sus influencias, y cómo han construido un universo sonoro en torno a personajes como Alicia, protagonista de su próximo álbum conceptual. Desde sus orígenes hasta sus planes para el futuro, Lxs Parker nos muestra cómo logran equilibrar lo experimental con lo accesible, manteniendo siempre un fuerte vínculo con su público.

1. La historia de cómo surgió la banda es bastante interesante. ¿Podrían contarnos más detalles sobre ese primer encuentro entre Andy y Juan Pablo y cómo lograron integrar al resto de los miembros?

El vínculo entre Juan y yo (Andy) comenzó a gestarse hace más de diez años. Aunque compartimos colegio desde transición y éramos prácticamente vecinos en conjuntos residenciales del norte, no fuimos amigos de inmediato. Fue en quinto de primaria que nos acercamos, unidos por el rock, una rareza en un entorno dominado por la música pop. Juan había heredado ese gusto de su madre, Sonia, una mujer que llevaba el rock en la sangre desde siempre. En mi caso, no tenía muchos amigos y mi único contacto con la música, hasta entonces, era a través de lo que mi querida madre escuchaba en el carro: algunos éxitos de Juanes y el disco "Sueño Repetido" de Ricardo Montaner, que giraba una y otra vez en el estéreo del vehículo familiar. Pero algo en el pequeño grupito de amigos de Juan me atraía, como si esa música de la que hablaban tan apasionadamente, bandas como Kiss y Iron Maiden, me ofreciera un camino hacia algo que hasta ese momento no había comprendido. Fue entonces que descubrí mi primer amor: el rock, de la mano de un video en vivo de "God of Thunder" de Kiss en el Dodger Stadium. Aquello no era simplemente música, era un portal.

Juan era intimidante en aquellos tiempos: ruidoso, terco y algo indisciplinado, mientras yo era más tímido y taciturno. Pero cuando supo que el rock me empezaba a gustar, no dudó en acercarse y "compartirme" su conocimiento, casi como una imposición. Fuimos grandes amigos ese año. Pero luego, como suele pasar en la vida, nos fuimos distanciando. Cada uno armó sus propios círculos de amigos y, aunque siempre fuimos cordiales, los años siguientes nos vieron alejarnos. Sin embargo, la semilla de la música ya había sido plantada en mí, y poco a poco fui alimentando esa obsesión. Empecé con el rock, claro, y mi iPod, en su apogeo, llegó a almacenar más de 3000 canciones de distintos subgéneros.

Nos reencontramos al escoger carrera: ambos optamos por estudiar Economía en la Javeriana. Juan terminó la carrera y se convirtió en una especie de Batman artístico: banquero de día, rockero de noche. Yo, en cambio, pasé un par de años debatiendo qué hacer con mi vida, hasta que finalmente abandoné la carrera para dedicarme por completo a la música y volver a empezar la universidad, pero con enfoque en Estudios Musicales. Ahí conocería a Julieta, otro de mis grandes amores, casi tan fuerte como el rock... pero me estoy adelantando.

Era más o menos el segundo semestre de 2017. Juan y yo salíamos de álgebra lineal y caminábamos hacia nuestras respectivas casas. Como vivíamos cerca, decidimos compartir el mismo TransMilenio y, en el trayecto, reflexionamos sobre la música, la vida y esas otras cosas que siempre se cuelan en las conversaciones cuando uno no quiere hablar directamente de lo importante. Coincidía, curiosamente, que ese mismo día salía el álbum Villains de Queens of the Stone Age, una de nuestras bandas favoritas del momento. Fue entonces cuando se me ocurrió invitar a Juan a mi casa. Le propuse comprar unas polas y escuchar el álbum de un tirón, como lo habrían hecho los pelados de nuestra edad en los ochenta, con la música resonando en las paredes y el tiempo volviéndose algo casi insignificante. Esa noche, entre el dulce fervor que trae el alcohol, sentimos que había suficiente confianza como para abrirnos el uno al otro. Juan, con un valor que no le había visto antes, me mostró unos pequeños demos que había estado componiendo en el GarageBand de su iPad. Fue un gesto íntimo, lleno de algo más profundo que la música misma. Al día siguiente, ya teníamos una banda.

Insistí en publicar un anuncio en el blog Rockcolombia, con un demo de una canción, buscando un bajista y un baterista. Juan temía que plagiaran su música, pero finalmente accedió. Solo Sebas respondió al anuncio, y nos reunimos en un Juan Valdez. Era un chico tímido, noble, y muy humilde, pero en cuanto lo escuchamos tocar la batería, descubrimos su talento feroz. Fue, y es, el mejor instrumentista del grupo. Como no encontramos bajista, decidí tomar el rol yo mismo, dejando de lado la guitarra. Durante un tiempo fuimos solo nosotros tres, y aunque no sonábamos perfecto, nos divertíamos mucho.

Un antiguo compañero del colegio se unió como vocalista por un tiempo, y juntos trabajamos en un sencillo que no me enorgullece nada. Sin embargo, su participación fue breve; por razones familiares tuvo que dejar la banda, y para colmo, Sebas se lesionó el ligamento jugando fútbol, lo que puso la banda en pausa.

Esa fue una época turbulenta para mí. Había dejado la carrera, y mi pareja me dejó a mi , y me sentía perdido. En un intento desesperado por retomar el control de mi vida, decidí apostar por mis sueños y dedicarme por completo a la música. Me inscribí en el programa de la Javeriana, pero tardé un año en ingresar. Fue durante mi segunda audición que conocí a Julieta, una chica peculiar que, en ese momento, estaba desesperada por terminar unas partituras en el pasillo antes de su audición. La vi con una bufanda de Harry Potter y, sin pensarlo, le pregunté a qué casa pertenecía. Así, sin darme cuenta, obtuve su número.

Unos meses después, salimos en lo que fue una de las peores citas de nuestras vidas, pero nos volvimos amigos y eventualmente mucho más que amigos… pero esa es otra historia. Con el tiempo, fui ganando respeto por su talento musical, tanto en lo vocal como en lo compositivo. Cuando Sebas se recuperó, le pregunté a Julieta si quería ensayar con nosotros. Aunque al principio la idea de una vocalista femenina nos resultaba extraña —e incluso Juan tenía sus reservas—, cuando Julieta cantó, rompió todos nuestros prejuicios. Fue en ese momento que Lxs Parker, como banda, realmente nació.

2. Mencionan influencias variadas como Muse, Soda Stereo, Kings Of Leon, y Dua Lipa. ¿Cómo logran equilibrar esos estilos tan diversos en su música y cuál ha sido el mayor reto al combinar estos géneros?

Existen tres claves para lograr un equilibrio en nuestra banda. La primera es el acuerdo tácito que los cuatro hemos alcanzado: la música siempre debe primar sobre cualquier ego o pretensión. Para nosotros, en el centro de la música está el concepto o la idea que se desea transmitir. Cada decisión en una canción responde a lo que queremos expresar, no solo a una mezcla arbitraria de estilos. La cohesión surge de esa idea o "alma", que determina qué técnicas y estilos funcionan mejor para lo que deseamos mostrar.

La segunda clave es escuchar muchísima música, sin juzgar ni discriminar ningún género. Creemos que la originalidad no es más que una reconfiguración de diferentes referentes. Por suerte, los cuatro tenemos gustos musicales variados. Julieta, por ejemplo, es una amante del pop, fanática de One Direction, pero también de la salsa y la música clásica, influenciada por nuestra formación universitaria. Sebas, por su parte, es un metalero apasionado, con influencias como Mike Portnoy y Dave Grohl. Juan es un experto en rock clásico, música disco y funk, siempre en busca de ritmos y riffs llenos de energía. Yo, en cambio, prefiero lo melancólico e introspectivo, con una fascinación por el avant-garde y el horror del alma humana.

La tercera clave está en nuestras personalidades y enfoques artísticos. Juan y Julieta son más conscientes de la industria, del público; mientras que Sebas y yo tendemos hacia la vanguardia, explorando lo raro solo por el placer de experimentar. Cada canción es, entonces, una negociación, un encuentro en un punto medio. Además, Juli y yo venimos del conservatorio, mientras que Sebas y Juan son autodidactas. Esta dualidad impulsa la libertad creativa.

El desafío está en atreverse a salir del molde, buscando siempre transmitir algo profundo y universal, sin limitarlo a una experiencia individual. La clave es encontrar un concepto o una historia que resuene, algo que inquiete el alma humana, pero que deje espacio para múltiples interpretaciones.

3. Sus canciones parecen tener un trasfondo narrativo fuerte, casi como fábulas. ¿Cómo es el proceso de creación de estas historias y cómo lo trasladan a la música?

Todo nace de una idea simple y se nutre de nuestras experiencias individuales. Yo suelo concebir nuevos conceptos; pasó mucho tiempo leyendo y pensando, y en ocasiones llego al ensayo con algún cuento extravagante o una idea loca basada en algo que leí o soñé. Juan, por su parte, es excelente en formalizar esas ideas en música. Tiene una habilidad natural para organizar y estructurar la forma, el estilo y la sonoridad, y junto a Sebas, con quien tiene una relación casi simbiótica, logran complementarse perfectamente. Julieta es la especialista en los detalles y el corazón emocional del grupo. De ella nacen las melodías y las emociones más profundas; es quien mejor expresa sus sentimientos de manera sincera. Al final, todo se basa en el trabajo en equipo, en la creencia de que la experiencia humana es suficiente materia prima para construir mundos fantásticos, y que cada uno de nosotros juega un papel esencial en esa construcción.

4. La canción ‘Alicia’ toca temas como el empoderamiento y la crisis emocional. ¿Cómo surgió la idea para esta canción y cómo lograron plasmar esos temas de una manera tan surrealista?

Desde lo narrativo, Alicia se presenta como una oda al personaje inmortalizado por Lewis Carroll, esa niña que, en su esencia más pura, encarna la curiosidad y el pensamiento lateral. Alicia, quien crea un mundo absurdo donde la única regla es que no existen reglas, siempre está en una busqueda perpetua de sí misma, como persiguiendo a un conejo blanco. Me identifico con ella profundamente, porque, al igual que Alicia, también suelo encontrarme atrapado en sueños, en mis propios "países de maravillas". Su elección como protagonista no es casualidad; no solo ocupa el centro de este sencillo, sino de todo el álbum que estamos cocinando. Y es que creemos que el rock n’ roll, en su núcleo, posee una energía femenina. No es raro ver a las grandes figuras del rock vestirse como divas, como si reconocieran en su interior esa fuerza vital femenina. Aquí es donde Julieta, con su experiencia como mujer bogotana en el siglo XXI, puede darle a Alicia una visceralidad y sinceridad únicas.

En lo musical, este personaje cobra vida a través de una melodía hermosa, sencilla pero poderosa. Simplicidad que brilla y resuena, envolviendo la historia de Alicia en una instrumentación que refleja tanto su dulzura como su complejidad.

5. El video parece retratar de manera simbólica la lucha interna de Alicia. ¿Qué elementos visuales querían destacar para contar la historia y cómo fue el proceso de filmación?

Queríamos retratar principalmente el encierro de Alicia, tanto explícitamente como simbólicamente, además de mostrar la evolución de su deseo de escapar y seguir sus sueños. Tratamos de hacer el proceso de grabación lo más simple posible, con un guion efectivo que mostrara a Alicia, sus conflictos y sus motivaciones para decidir escapar de su hogar. Esto también lo logramos al limitar la locación a solo la casa de Alicia. De esta forma buscamos que el público se sienta identificado con Alicia, o empatice con su situación y se preocupe por ella, además de que sea una inspiración para aquellos que necesitan encarar sus problemas.

6. Sabemos que tienen un álbum planeado para 2025. ¿Podrían darnos un adelanto de lo que podemos esperar de este proyecto en términos de sonido y concepto?

Todo gira en torno a Alicia, quien, insatisfecha con este mundo utilitario y cruel, logra atravesar el umbral de la percepción y la lógica, para encontrarse en una isla fantástica y misteriosa. Allí se enfrenta, no solo a los enigmas del lugar, sino a su propia naturaleza. En ese espacio liminal, sus deseos, ambiciones y frustraciones emergen con una intensidad arrolladora. Alicia debe transformarse y aceptar el mundo que la rodea o arriesgarse a ser destruida en el proceso. El álbum explora este viaje interior, buscando en el absurdo una vía para entender la individualidad. En medio del caos, la surrealidad ofrece una posible ruta hacia la felicidad, aunque sea esquiva.

No es solo una historia más, está cargada de simbolismos, de alegorías que beben tanto de la tradición romántica como de las ideas de Jung y algunas cosmovisiones brahmánicas e hinduistas. El absurdo no es simplemente un recurso estético, es una puerta a nuevas formas de ver el yo y la realidad que nos rodea. Musicalmente, el álbum es una ópera rock. Un viaje sonoro que parte del pop para ir descendiendo poco a poco en las aguas profundas de lo psicodélico y lo progresivo. Una travesía musical que refleja el viaje de Alicia, en su búsqueda de sentido dentro de un mundo que parece no tenerlo.

7. Han mencionado que sienten que el rock en Colombia está algo estancado. ¿Cómo creen que Lxs Parker puede contribuir a revitalizar la escena?

Lxs Parker se orienta hacia formas de arte más complejas, inspirados en el concepto de arte total de Wagner. Creemos que el cine y los videojuegos se acercan a esta concepción artística de manera más efectiva, y aspiramos a imitar esas formas en la medida de nuestras habilidades y recursos. Consideramos que la industria musical ha perdido cierta profundidad en años recientes; no necesariamente que la música haya empeorado, sino que la inmediatez y el consumo rápido han convertido al álbum conceptual en una reliquia de tiempos pasados. Nuestro objetivo es revivir ese espíritu de épocas doradas cuando lo popular y comercial eran también lo conceptual, como en el legendario Dark Side of the Moon. No pretendemos ser los salvadores del rock, pero sí creemos firmemente en la música que hacemos y en la importancia de lo que nos ha dado. Cuando hablamos de un estancamiento en el rock colombiano, no queremos sugerir que falten nuevas ideas frescas e innovadoras. Más bien, estas innovaciones suelen estar escondidas en nichos debido al escaso conocimiento del público masivo sobre las dinámicas de la industria musical. Hemos aprendido que, además de la originalidad, el éxito de una banda también depende de cómo navega la industria y de su capacidad para construir comunidad. Actualmente, el rock colombiano está dominado por corrientes post-punk, como las influencias de Mac DeMarco, con bandas bien organizadas y con un sentido de pertenencia fuerte. Bandas como Los Viles o Los Fumadores se destacan en este contexto, y su capacidad para movilizar a una comunidad activa es notable. Sin embargo, también hay bandas que se salen del molde, como Oh’Laville, que demuestran que el rock en Colombia tiene un futuro prometedor.

En resumen, creemos que nuestro aporte para revitalizar el género radica en la fe en grandes ideas y conceptos. Es fundamental que las bandas se organicen adecuadamente y generen comunidad para impulsar el rock hacia nuevas alturas.

8. Hablan de una conexión especial con el público durante los conciertos. ¿Qué elementos creen que hacen que sus presentaciones en vivo sean tan poderosas y cómo trabajan para mantener esa energía?

La verdadera magia reside en el éxtasis que sentimos al estar en el escenario. Para nosotros, es el culmen de la experiencia: cuando tocamos, entregamos cada fibra de nuestro ser. No importa si es un simple ensayo; lo primordial es el placer de tocar y la diversión que obtenemos de ello. Esta energía genuina se manifiesta cuando tocamos ante el público. Hemos sido testigos de cómo la audiencia se carga de nuestra energía y, a su vez, nos la devuelve, dándonos una fuerza renovada.

Fuera del escenario, debemos recordar la fugacidad de la vida. La conciencia de que todos vamos a morir convierte cada actuación en un posible último show. Por eso, es esencial darlo todo en cada presentación, sin reservas.

9. Mencionan la idea de llevar su música al mundo. ¿Tienen ya algún plan de presentaciones o colaboraciones fuera de Colombia?

Aun no hay nada acordado en tema de presentaciones, sin embargo, es del interés de la banda que, para el lanzamiento del álbum, realicemos una gira para promocionarlo. Por otro lado, hemos tenido la oportunidad de sonar en Radio Futuro (Chile), y aparecer en diferentes blogs de Latinoamérica, por lo que podemos contar su apoyo para compartir nuestros lanzamientos en sus medios.

10. ‘Alicia’ es descrita como una canción que puede servir tanto para energizar como para relajarse. ¿Cómo encuentran ese equilibrio entre canciones que tienen un impacto emocional fuerte pero también pueden ser disfrutadas en distintos estados de ánimo?

Nos enfocamos mucho en que nuestras canciones sean dinámicas, de modo que mantengan la atención del público. Y en este ejercicio terminamos creando diferentes secciones, las cuales evocan diferentes emociones, pero en una misma canción. Intuitivamente en el proceso creativo, la canción nos va pidiendo incorporar estas dinámicas, para contar la historia desde otra perspectiva o algo que abre más el panorama de lo que conocían de la historia, y por consiguiente explorando distintos estados de ánimo.

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