Las locomotoras de la serie 278 de Renfe, conocidas coloquialmente como "Panchorgas", fueron adquiridas a mediados de la década de 1960. Fabricadas por la empresa estadounidense ALCO (American Locomotive Company), estas locomotoras diésel-eléctricas tenían la intención de modernizar la flota ferroviaria española. Con un diseño inspirado en el modelo DL-535, presentaban dos cabinas y un motor de tracción diésel-eléctrico.
A pesar de sus propósitos iniciales, las locomotoras de la serie 278 enfrentaron diversos problemas operativos y de rendimiento. Los motores demostraron ser propensos a fallos y mantenimiento constante, lo que llevó a interrupciones en el servicio. Además, su capacidad de tracción y rendimiento en rutas empinadas y montañosas no cumplió con las expectativas, limitando su eficacia en ciertas operaciones.
Los problemas persistentes llevaron a la retirada temprana de muchas de estas locomotoras de la flota de Renfe. A pesar de su desempeño problemático, las locomotoras de la serie 278 siguen siendo un caso de estudio sobre los desafíos técnicos y de diseño que pueden afectar el rendimiento de una flota ferroviaria. Su legado radica en las lecciones aprendidas sobre la necesidad de una planificación cuidadosa y una evaluación exhaustiva al introducir nuevas tecnologías en el ámbito ferroviario.