- Empatía y conexión social: Una de las teorías más aceptadas sugiere que está relacionado con la empatía y la conexión social entre individuos. Cuando vemos a alguien bostezar, nuestro cerebro podría activar las mismas áreas neuronales que se activan cuando nosotros mismos bostezamos. Esto podría ser una respuesta automática de nuestro sistema empático, ya que estamos "sintiendo" el bostezo de la otra persona como si fuera nuestro propio bostezo.
- Sincronización de ritmos biológicos: Otra teoría comenta que podría estar relacionado con la sincronización de los ritmos biológicos entre individuos. Nuestros cuerpos tienen ritmos naturales, como el sueño y la vigilia, que pueden influir en cuándo nos sentimos cansados o somnolientos. Si estamos en grupo y un miembro del grupo bosteza, esto podría desencadenar una reacción en cadena debido a la sincronización de estos ritmos biológicos.
- Comunicación no verbal: El bostezo podría ser una forma de comunicación no verbal primitiva. En grupos de animales, como lobos o primates, el bostezo puede ser una señal de que es hora de descansar o dormir. En humanos, el bostezo podría tener un componente comunicativo similar, lo que llevaría a una respuesta de bostezo en otros miembros del grupo.
- Reflejos automáticos: Nuestro cerebro contiene circuitos neuronales responsables de los reflejos automáticos, como estornudar, toser y bostezar. Es posible que ver o escuchar a alguien bostezar active estos circuitos de manera involuntaria en nuestro propio cerebro, lo que nos lleva a responder con un bostezo.
En resumen, el contagio del bostezo sigue siendo un fenómeno intrigante y la ciencia aún no ha llegado a una conclusión definitiva sobre por qué ocurre. Es probable que sea una combinación de factores, como la empatía, la conexión social, la sincronización de ritmos biológicos y los reflejos automáticos, los que contribuyan a este comportamiento humano común.