Longisquama: El Enigma Jurásico de las 'Plumas' que Desafía la Interpretación Paleontológica


En el post de hoy os vengo a mostrar a una criatura del periodo Jurásico que estoy seguro que no os va a dejar indiferentes. ¡Comencemos!

El Longisquama, es un pequeño reptil que habitó durante el Jurásico, presentaba a lo largo de su espalda dos estructuras únicas con diez apófisis paralelas y plegables. Estas estructuras, semejantes a astas y soldadas a las vértebras dorsales, se ensanchaban con la altura y se curvaban ligeramente hacia atrás. Cubiertas de esquamas similares a plumas, estas protuberancias desempeñaban un papel multifuncional en la vida de este fascinante reptil.

Cuando el Longisquama abría estas estructuras, se transformaban en velas impresionantes, permitiéndole planear a través del aire de manera similar a los actuales dragones voladores. Este hábito de lanzarse al vuelo le brindaba la oportunidad de intentar atrapar insectos en pleno vuelo, revelando una estrategia única para obtener alimento.

Además de su función aerodinámica, se sugiere que estos apéndices también actuaban como un mecanismo de protección contra posibles lesiones causadas por caídas desde los árboles. Esta adaptación dual proporcionaba al Longisquama tanto ventajas ofensivas como defensivas en su entorno.
El Longisquama, presumiblemente de sangre caliente, presenta evidencias de un posible plumaje que cubría su cuerpo, añadiendo un toque adicional de misterio a su biología. Este reptil, con su combinación única de características físicas, sigue siendo un enigma en la paleontología, desafiando las interpretaciones convencionales y ofreciendo una ventana intrigante al pasado jurásico.

¿Conociaís a esta criatura? ¿Os ha dejado con la boca abierta? ¡Os leemos en los comentarios!

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