El bombardeo de Durango y Elorrio fue un trágico episodio ocurrido durante la Guerra Civil Española el 31 de marzo de 1937. Se convirtieron en objetivo de la aviación alemana e italiana, que apoyaba a las fuerzas franquistas. Los dos pueblos sufrieron un intenso bombardeo que dejó un devastador saldo de muertes y destrucción.
Durante aquel fatídico día, los aviones de la Legión Cóndor alemana y de la Aviación Legionaria italiana atacaron implacablemente la ciudad, lanzando bombas y sembrando el caos en las calles y edificaciones. La población civil, desprotegida y aterrorizada, se vio atrapada en un horror inimaginable.
El bombardeo fue un acto de terror indiscriminado que buscaba minar la moral y la resistencia del bando republicano. Sin embargo, la tragedia de ese día no hizo más que aumentar la determinación del pueblo vasco y sus aliados en la lucha contra el fascismo y por la defensa de la democracia.
Hoy en día, se pueden distinguir los agujeros provocados por este bombardeo en la Basilica de Santa Maria de Uribarri y en muchos edificios cercanos a esta.