Esta plaza que se configura como un polígono exento –construcción que no comparte superficies verticales con otro edificio– que encierra un coso circular de 41 metros de diámetro, construido en 1711 en piedra, con aforo para 3.500 personas, conserva el mismo perímetro y superficie general, con los chiqueros y dependencias que en su día autorizase el XI duque de Béjar, Juan Manuel López de Zúñiga.
Tras la primera construcción se reformaron los dos tendidos existentes a los que se les añadieron asientos de granito en el año 1713. Las obras fueron costeadas por los vecinos de Béjar, Candelario y La Garganta a instancia de Antonio Algibar y Fernando de la Vega oficiales del Regimiento Militar de Portugal y sus esposas, hijas de empresarios bejaranos, para poder tener asientos reservados para los festejos. Los tendidos son los más antiguos que conserva la plaza y reciben el nombre de Tendido de la Virgen y Tendido de la Pedriza. Fueron inaugurados en diciembre de 1713 con motivo de una corrida de toros en conmemoración del la firma del Tratado de Utrech. Los toriles fueron reformados en 1747 por un coste de 1.313 maravedíes, y el 8 de abril de 1776 se contrató a maestros canteros de Portugal para realizar arreglos en la plaza.
De la segunda mitad del siglo XIX datan el edificio principal de tres plantas que cobija el palco presidencial (1850) de acuerdo con el contrato firmado el 3 de octubre de 1849 por Luis Pérez Orodea, José López, Cayetano Medina y Juan Sánchez de Manuel ante Juan Bueno Téllez conservado en el Archivo Histórico Provincial de Salamanca.
En 1896 la plaza de toros presentaba deficiencias por lo que se inició la rehabilitación de la misma. La licitación fue concedida a Segundo Cascón por un importe de tres mil pesetas junto con la gestión de la misma. Un informe del ayuntamiento puso de manifiesto varias deficiencias de la plaza en 1917, por lo que el 29 de abril se presentó un proyecto para afrontar las obras de mantenimiento de las puertas de los chiqueros, la talanquera del callejón, el arreglo de la meseta de toriles y del arrastradero. Tras quedar desierta, el ayuntamiento presenta un nuevo pliego que mantiene el arreglo de las puertas de toriles y la adjudicación de la gestión por cuatro años que fue adjudicado a Cándido García Sánchez quien lo cede en 1918 a Valeriano Rodríguez Gómez.
El callejón de la plaza desapareció en 1956 y la plaza en ese periodo mostraba un evidente deterioro, motivo por el cual el entonces alcalde Ramón Olleros mandó la restauración del edificio. La plaza fue restaurada en los años 60 para reparar la talanquera que desapareció en 1956, los corrales que se perdieron entre 1962 y 1963 más las puertas de chiqueros elementos construidos en 1879.
Finalizada la restauración, la plaza fue inaugurada el 9 de agosto de 1996. Cuenta con taquilla, enfermería y aseos en la planta baja del edificio. En la primera planta se encuentran tres palcos, una sala de exposiciones y aseos. En la segunda planta se encuentran una segunda sala de exposiciones, tres palcos y un aseo. Callejón con dos accesos, tendidos de sol y sombra, toriles, corrales.43
El 11 de julio de 1997 aparece la plaza en la resolución del 25 de junio del mismo año de la Dirección General de Patrimonio y Promoción Cultural de la Consejería de Educación y Cultura, por la que se acuerda sobre la base de los datos anteriores la declaración de Bien de Interés Cultural de la plaza de toros de la ciudad de Béjar.
Actualmente el edificio que alberga el palco presidencial, las taquillas, enfermería y palcos se encuentra el museo taurino instalado en 1998 en el cual podremos observar objetos relacionados con los toreros y las fiestas aquí celebradas. La plaza de toros puede visitarse de viernes a domingos en horario de 11.00h a 18.00 horas, y la entrada es gratuita.
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