Muchos veteranos de la primera guerra mundial comenzaron a dedicarse a la agricultura en unas condiciones deplorables y en zonas marginales. Transformaron una gran zona desértica en una zona de riego para el cultivo de trigo. Pero estos, no contaron con que ese sitio era una zona de migración de los Emús (animal de la foto), por lo que de pronto se toparon con 20.000 emús comiéndose sus cosechas y destruyendo sus cercas y permitiendo que otros animales más pequeños y dañinos como los conejos entrasen a sus cultivos. Por si fuera poco ese año se produjo una bajada brutal en el precio del trigo debido a la gran depresión de 1929 que se dio en Nueva York.
Ante esta situación los agricultores acudieron al gobierno Australiano para pedir ayuda ante dicha situación y se reunieron con el ministro de defensa, Sir George Pearce. El ministro accedió a ayudarles pero con una serie de condiciones: las armas (ametralladoras Lewis) solo podían ser usadas por personal militar, el transporte de tropas debía ser financiado por el gobierno de Australia Occidental y los agricultores proporcionarían el alojamiento y la comida.